Despúes de visitar el bonito pueblo de Kaysersberg (ver post), hoy le toca el turno a los pintorescos pueblos de Riquewihr y Ribeauvillé. Ambos se encuentran a pocos kilómetros de Colmar pero es mejor ir a primera hora de la mañana para evitar tantísimos turistas.
Como salimos temprano del apartamento, aprovechamos y nos acercamos a la famosa Petit Venice de Colmar, a esta hora de la mañana no hay nadie por sus calles y es la mejor hora para acercarse y hacer unas bonitas fotos.
Llegamos a Riquewihr, situado a unos 15 kilómetros de Colmar y dejamos el coche en el parking público que hay justo antes de entrar al centro del pueblo. El precio es de 2€ por estacionar dos horas o 3€ por estacionar cuatro horas. La verdad que al ser un pueblo tan pequeñito con dos horas tienes más que suficiente para visitarlo, a no ser que te vuelvas loco visitando las tiendas de navidad y gastronomía de la tierra que tienen.
Riquewihr, al igual que Kaysersberg parece otro pueblo sacado de un cuento. El casco histórico conserva las casas típicas alsacianas de los siglos XV y XVI. Subiendo por la calle principal comenzamos a divisar a los lados estrechas y encantadoras callejuelas donde poder perderse.
Las calles están llenas de tiendas de dulces y especialidades de la zona. También disfrutamos de unos riquísimos macarons de Riquewihr, los había de muchos sabores y nos costó decidirnos. ¡Ummm, que buenos estaban! ¡Tenéis que probarlos!
Además, este pueblo tiene buena fama como productor de vinos, especialmente el Riesling, que viene cultivándose desde hace siglos en las campiñas de alrededor del pueblo.
Si continuamos calle arriba, en la parte más alta del pueblo se encuentra la torre El Dolder. Tiene una altura de 25 metros y la palabra «Dolder» significa «por encima de las copas». La campana en la parte superior fue restaurada en el año 1842 y lleva inscrito lo siguiente: «Esta es la alegría que anuncia el ruido del día y el silencio de la noche».
Otro de los rincones escondidos de este bonito pueblo es esta tienda de navidad de Käthe Wohlfahrt. Esta tienda de Nöel es una verdadera maravilla, la tienda de navidad más bonita que he visto en mi vida!!! Me hubiera llevado media tienda aunque con tantísimas cosas uno no sabe ni hacia dónde mirar… Está todo decorado como si de un cuento de navidad se tratase, un mundo de fantasía con miles de figuritas de navidad y tiene en el centro un árbol de navidad enorme!!!
Fachada de la tienda de Navidad
Nos marchamos de Riquewihr, uno de los pueblos que más me ha gustado hasta ahora de Alsacia, y nos dirigimos a Ribeauvillé, a 5 kilómetros de Riquewihr.
Llegamos al pueblo y dejamos el coche en un descampado que hay justo en la entrada y en el que nosotros no tuvimos que pagar.
Ribeauvillé está bordeada en parte por antiguas murallas. Cuenta con varias casas medievales y dos iglesias antiguas, la de San Gregorio y la de San Agustín, ambas de estilo gótico.
La pequeña ciudad de Ribeauville está considerada como la ciudad de los violinistas y durante la edad media estaba muy relacionada con la música, donde se refugiaron trovadores y músicos. La Place de la Sinn, rodeada de casas nobles como el Sol Inn (Auberge Du Soleil), que una vez fue el lugar de encuentro de los músicos locales.
Desde la Plaza de la República, en lo alto de la montaña se erige las ruinas del Castillo de San Ulrich, con una espectacular torre y soberbios muros, que fue la mansión palaciega de los señores de Ribeaupierre, grandes magnates de la Alsacia.La verdad que este pueblo fue el que menos nos impresionó, quizá sea mejor visitarlo antes que los demás pueblos de la Alsacia.
Volvemos a Colmar para descansar porque mañana queremos ir a pasar al día entero a Estrasburgo, para visitarlo durante el día, comer por allí y después pasear por sus calles iluminadas. Por algo dicen que es la capital de Nöel!!!
¡Nos vemos en Estrasburgo!
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